14 de junio de 2025

BOLIVIA: LA FIESTA DEL GRAN PODER EN LA PAZ

 

Acabábamos de llegar a la ciudad de La Paz y ésta nos recibió gratamente con la fiesta del Gran Poder. Es una fiesta religiosa que se celebra cada 14 de junio. 



Es una expresión cultural cada vez con más fuerza que se va apropiando de los espacios públicos como calles y avenidas inicialmente y ahora en cada barrio tienen su expresión folklórica.

 


En ellas también existe el sincretismo entre ritos aymaras mezclados con la religión católica.




Los espacios públicos pasaban a ser espacios privados de los protagonistas donde incluso se disponían sillas, mesas, espacios de baile, servicios de garzones (camareros) e incluso guardaespaldas. 




En la calle del Prado habían colocado chiringuitos de comida y venta de artículos varios. La gran ciudad nos daba la bienvenida a modo de desfile por las calles principales. 




Cogimos sitio en unas gradas que ya se encontraban abarrotadas de gente pagando un precio módico y nos sentamos para ver el espectáculo.




Las diversas fraternidades folclóricas ofrecieron un vasto repertorio del rico legado cultural con el que cuenta Bolivia. Era una de las fiestas más llamativas del país.




Los trajes impresionaban por sus bordados y llamativos colores. Habían sido confeccionados por las costureras que siendo devotas del Jesús del Gran Poder, año tras año se han ido superando en sus creaciones.




La fiesta es una representación de la diversidad de danzas que son ejecutadas bajo la promesa de bailar durante tres años como acto de agradecimiento al Jesús del Gran Poder. 



Las comparsas realizaban al unísono los pasos de baile y al fondo, los fuegos artificiales iluminaban la nieve de la montaña Illimani, de 6460 mts. s.n.m.    



Cuando ya anochecía el ambiente se iba calentando con las bandas de música y la gente animada por el alcohol, hizo que la fiesta se convirtiera en un carnaval. 



11 de junio de 2025

BOLIVIA : EL P. N. EDUARDO AVAROA Y EL VOLCÁN SOL DE MAÑANA

 

Después del desayuno salimos de buena mañana con nuestros compañeros para seguir con la ruta hacia el Parque Nacional Eduardo Avaroa.



La primera parada fue la vía de tren que iba hacia Chile. Luego pasamos por el Salar de Chiguana, cerca de la frontera con Chile de donde se extraía bórax.




Seguimos la ruta que nos llevaba hasta el volcán Ollagüe, de 5865 mts. s.n.m. y paramos en su mirador. 



Había un buen paseo por las formaciones rocosas. Desde el mirador vimos que el volcán se encontraba activo apreciando la fumarola que salía por el lado oeste. Entramos en el chiringuito que había junto al mirador y probamos el típico bocadillo de chorizo de llama con salsa chimichurri picante y tomate.





El camino continuaba subiendo hacia las lagunas ricas en minerales y con flamencos andinos. Vimos las lagunas de Cañapa, la Hedionda y la Honda. 



Paramos a comer en la Laguna Hedionda y tomamos pollo, verduras y pasta contemplando el hermoso paisaje. La carretera atravesaba el desierto de Siloli y paramos para hacer fotos del árbol de piedra y de las distintas formaciones rocosas. Unos 18 km más allá paramos en el Parque Nacional Eduardo Averoa. 




Hicimos la inscripción y pagamos el permiso de entrada. Unos kilómetros más allá llegamos a la Laguna Colorada pagando 150 bolivianos.




Pudimos disfrutar de las vistas dando un paseo viendo vicuñas de cerca que andaban pastando junto a la orilla de la laguna y allí se encontraba una colonia de flamencos andinos de color rosa intenso.



Era una vista excepcional y observamos la salida de la luna aparecer en medio de la laguna. Estábamos a 4290 mts s.n.m.



Ya oscurecía y nos fuimos a alojar a un hostal en el pueblo de Huayllajara.  Nos calentamos un poco en la sala donde cenamos espaguetis con salsa boloñesa y queso. Nuestro guía tuvo el detalle de regalarnos una botella de vino tinto de la zona de Tarija y lo celebramos brindando y conversando.



Al día siguiente había que levantarse a las 0400 am y en el hostal no había calefacción. Según nos dijeron habíamos llegado a 17 grados bajo cero durante la madrugada pues fue casi imposible dormir por el frío y en las habitaciones no había calefacción, aasi que estábamos muertos de sueño. A las 0430 am ya nos tenían preparado el desayuno con cereales, yogur líquido, pan, mantequilla, mermelada y dulce de leche con panqueques además de queso y jamón en dulce.



Esperamos a Willer nuestro guía para marcharnos a las 5am pero no aparecía. Parece ser que había estado de juerga la noche anterior y llevaba oculta bajo sus gafas de sol una importante melopea. Octavio, el padre de familia que nos acompañaba, estuvo vigilándolo durante toda la mañana para que no se desviará del camino. ¡Qué poca responsabilidad! Yulia, la mamá que iba con nosotros le preguntaba constantemente para que fuera espabilando.



Llegamos a eso de las 0700 am a la zona de los géiseres. Eran fumarolas del Volcán Sol de Mañana y solían aparecer a primera hora hasta el mediodía. 




Era un lugar increíble, nos encontrábamos dentro del cráter a unos 4900 mts. s.n.m.




Paseamos todo un recorrido de lava alrededor que surgía de la tierra hirviendo con burbujas expidiendo la lava hacia afuera. 

 


El contraste del cielo con la tierra era espectacular y se asemejaba a un paisaje lunar.



Desde ahí nos fuimos a unos baños termales, era cerca de las 9 y el guía creía que nos íbamos a bañar pero a ninguno nos apetecía pues hacía un frío que pelaba. 



Le llamaban las termas de Polques, situado a los pies del Cerro Polques a 5000 m s.n.m. Estas piscinas naturales son ricas en minerales. Vimos frente a las termas varias especies de aves.



Seguimos hacia el desierto de Dalí, a unos 20 km del volcán, pasando un puerto de montaña de 5000 m y subiendo por una ladera de rocas gigantes formando un paisaje surrealista.Al llegar al desierto las montañas a lo lejos se veían los diversos colores. 



Continuamos después hacia la Laguna Verde y justo al lado se encontraba la Laguna Blanca. Ambas contenían arsénico, por este motivo no había animales. Aquí era el punto donde se podía pasar la frontera con Chile pues estábamos a unos 30 km. El paisaje era tan hermoso que apenas podíamos asimilar todo lo que veíamos.





Saliendo del parque, seguimos la ruta para llegar hasta el Valle de las Rocas y hacer un picnic. Este lugar contenía varias rocas gigantes frente a un paisaje de ciénagas con llamas y ñandúes, era un paisaje ideal para contemplar mientras Willer preparaba el picnic, que ya se iba recuperando de su melopea.



Antes de llegar a San Cristóbal, el último pueblo de la comarca, pasamos por el Cañón de la Anaconda. Llegamos a Uyuni a eso de las 18:00 h y nos despedimos de todos. Estos 3 días lo habíamos pasado genial viendo paisajes únicos.


9 de junio de 2025

BOLIVIA : EL SALAR DE UYUNI

 

Desayunamos de buena mañana en el Hostal La Magia de Uyuni. Más tarde nos vino a buscar la agencia de viajes que contratamos y nos fuimos a la oficina para pagar el importe de la excursión de tres días al Salar de Uyuni y la Reserva Nacional Eduardo Avaroa.



Vinieron con nosotros cuatro pasajeros más, un matrimonio con dos hijos. El padre, Octavio era de Potosí pero vivía desde hacía 25 años en Andorra y se casó con Yulia, de padre ruso y madre ucraniana. Ella vivió gran parte de su vida en Bielorrusia, además de haber nacido en Kazajistán. La pareja tuvo dos hijos Alexei y Polina, de 19 y 12 años. Hablaban ruso con la madre, castellano con el padre y catalán entre ellos dos pues viven en Andorra.



La primera parada que hicimos fue en el cementerio de trenes. Había máquinas antiguas abandonadas, ubicadas en un pasaje desértico que me recordaba a los barcos anclados en el inexistente Mar de Aral de Konyak de Uzbekistán.



Más adelante llegamos al Hostal de Sal Condorito para hacer el almuerzo y lo celebramos brindando. ¡Es increíble cómo aprovechaban la sal por estos lares! Hasta el suelo estaba cubierto de sal. 



Comimos un poco de verduras, arroz, papas y carne de res y de postre banana caramelizada. 



Después seguimos para entrar en el salar de Uyuni y llegamos al punto central donde se encontraban muchas banderas del mundo. Buscamos la de Cataluña y solo vimos la de Mallorca.



Habían bastantes coches aparcados pues era el punto de entrada al salar que en esta zona se encontraba bastante seco. 



Tiramos hacia adelante para llegar antes de ponerse el sol. Aquí, en la lejanía del mundanal ruido, el salar de Uyuni lucía en todo su esplendor. 



Es el salar de los más grandes del mundo y se encuentra a una altitud de 3653 metros s.n.m. La impresión era de un espacio sin fin, en un blanco impoluto y con una vista excepcional, un lugar extremo y bello a la vez, en contraste con el azul del cielo. A lo lejos parecía que el horizonte dejaba de existir.



Había un lugar de extracción apartada de la zona turística pues antes se encontraba aquí mismo y el turismo contaminaba la zona de trabajo.



Se suele extraer sal por las cercanías de Colchani, un pequeño pueblo donde pasamos a comprar algún que otro souvenir. En este lugar se produce más de 20000 toneladas de sal al año de las cuales 18000 son para consumo humano, el resto es para ganado.



Llegamos a la isla Incahuasi (isla del pescado) dentro del mismo salar, en su parte más céntrica, a 80 km de Colchani. Esta isla se encontraba cubierta de cactus trichoreceus rodeada de un mar de sal en forma hexagonal. 



Había que pagar una entrada para acceder a la isla y desde arriba se veía una magnífica vista. Cuando es época de lluvias, al inundarse es imposible acceder a ella. Se podía ver la vizcacha, una especie de conejo de unos 3 kg y de cola larga semejante a la chinchilla.



Desde aquí nos fuimos a ver otra parte del salar para apreciar su efecto en mojado pues las lluvias de los últimos días habían dejado rastros y junto con la puesta de sol, se convertía en un lugar mágico. Se podía apreciar la inmensidad y las tonalidades distintas con el reflejo del sol.




Bajo la superficie hay depósitos de litio que podrían abastecer a la economía del país por 100 años pero por motivos ecológicos los expertos están en contra de explotarlos ya que el salar podría desaparecer en los próximos 5 años.



En el mandato de Evo Morales ya se hicieron firmas de contratos con empresas extranjeras y a día de hoy esos contratos se quieren echar para atrás aunque va a ser complicado.



Ya anochecía y nos fuimos hacia el Hostal de Sal Desierto Blanco para cenar y pasar la primera noche. Se encontraba cerca del pueblo Chubica y cenamos los seis con nuestro guía intercambiando impresiones del estupendo día que habíamos pasado juntos.