Ayer llegamos a Cotonú de madrugada y esta mañana nos levantamos tarde. Hemos desayunado en el hotel croissants, baguette, tortilla francesa y café soluble. Pas mal!
Se ha presentado el dueño para darnos la mano y nos dice que si necesitamos cualquier cosa que no dudemos en contactar con él .Nos ha facilitado una tarjeta en forma de pasaporte del alojamiento.
Después del desayuno nos hemos ido andando al mercado de Dantokpa que se encuentra a una media hora del hotel. Dantokpa significa “A la orilla del río Dan”. en el idioma fon.
Es el mayor mercado de toda África Occidental. La mayoría de gente de estos países de esta zona vienen al mercado a hacer negocios.
El mercado es un laberíntico trazado de calles y pasadizos donde venden de todo, pero la mayoría son telas y alrededor se forma un trasiego interminable de comerciantes cargando mercancías llevadas con carretas y llamando la atención pidiendo paso. Las mujeres van cargadas con bolsas en sus cabezas.
A pesar de que es algo complicado hacer fotos, alguna he podido hacer pues las mujeres no se prestan fácilmente, son implacables, enseñan su mal genio al turista o viajero impidiendo que les hagan fotos pero otras acceden y luego se ríen entre ellos.
Pero vale la pena pasearse por aquí, además alguno de los allí presentes se anima a cantar y bailar. Pero uno acaba aturdido después de estar dando vueltas con tanto ruido y movimiento. Qué dura es la vida de un viajero!
Desde aquí nos vamos hacia el mercado de artesanías que es el Centro de Promoción de la Artesanía pero no hay nada de particular.
Pedimos entonces al conductor de tuk tuk que nos lleve a la Catedral de Notre Dame.
El conductor parece no tener idea ni idea y le digo que pregunte a la gente. Al final llegamos a la iglesia que resalta a lo lejos en color rojo y blanco. Es de 1955. Se encuentra en restauración en su interior por lo que afuera han provisto de un altar y bancos.
Hay gente sentada a la sombra por lo que “Allá donde fueres haz lo que vieres” así que descansamos un poco notando la brisa del mar. Después caminamos hacia el puerto donde acaba la laguna de Nokoué y empieza el mar. Vemos un bar de los que nos gustan, entramos y pedimos unas cervezas “Une Béninoise s’il vous plait”.
Hay un cliente tomando agua y otros dos piden cerveza. No hay mucho más que hacer en Cotonou para el viajero, pero hoy es nuestro primer día de contacto y nos apetece relajarnos, recién llegados al país conversando y afilando los detalles de la ruta a emprender.
Cuando ya oscurece volvemos hacia el hotel y cenamos en el restaurante La Pirogue justo al lado del hotel. Tomamos un estofado de verduras y pescado “bar” a la plancha, muy fresco con patatas fritas una cena de lujo estando en África.
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