El Hotel Palacio se
encuentra junto a la Plaza de la Independencia, en el mismo centro de
Montevideo. Es un hotel familiar de estilo clásico, tiene un precioso ascensor
de hierro forjado por el que subimos hasta la primera planta, donde se
encuentra la recepción.
Al saber que éramos
españoles avisaron a la Sra. Rosa, asturiana y dueña del hotel. Venida a
Uruguay allá por el año 57, nos explicaba que su marido se queda por las noches
haciendo guardia y que su hijo había llegado recién de España, en concreto de
Santiago de Compostela, donde había dado una conferencia.
Nos invitó en un
saloncito adjunto a café y galletas pues siempre le alegraba las visitas de españoles
a su hotel. Al preguntarnos de que parte de España veníamos, nos comentó que
visitó el Tibidabo, y que tenía un bonito recuerdo de la ciudad de Barcelona.
En Uruguay
viven muchos españoles, de cuando la época en que emigraban también a la
Argentina. Dejamos las cosas en la
habitación y nos encontrábamos dispuestos a recorrer la ciudad.
Saliendo nos topamos con la Puerta de la
Ciudadela, que es la entrada a la ciudad, el único vestigio de piedra de las
defensas coloniales demolidas en 1833.
Apreciamos la estatua ecuestre del General Artigas en la Plaza de la
Independencia, con sus 33 soldados, llamados los orientales, representados por
las 33 palmeras que hay en la plaza. El héroe, junto a sus 33 soldados obtuvieron la
Independencia el 1º de abril de 1825. El 19 de junio es el día en que se
celebra el nacimiento del General Artigas.
También había dos magníficos edificios, el Palacio Estévez y
el Palacio Salvo, con 22 pisos, que en su día fue el edificio más alto del
continente cuando se inauguró, en 1927.
Continuamos por una de
las calles principales que une la Plaza Matriz, donde había piezas de artesanía
a la venta. En la bonita plaza (o de la Constitución) se ubicaba una fuente
central y un bonito quiosco, también la Iglesia Matriz, la más
antigua de la ciudad.
Nos acercamos al
Mercado del Puerto, asentado en un antiguo edificio de 1868, construido en hierro
y madera y que aprovechamos para fotografiar pues era digno de ver la cantidad
de restaurantes que había. Dicen que aquí sirven la mejor carne del país.
En uno de sus
restaurantes, nos invitaron a tomar un “medio medio” que es un vino mitad
espumoso y mitad sin serlo y estaba delicioso pero rápidamente sube a la
cabeza.
Paramos a comer y pedimos
carne de asado con chorizo y morcilla para compartir, con patatas fritas y un
Tannat de acompañamiento que es el vino típico de Uruguay. La comida especial
por el mercado son los “chivitos” unos mega bocadillos donde le ponen desde
carne hasta huevo y bacon… Buff.
Por la tarde fuimos
hacia la Casa Rivera, el edificio que fue vivienda de Fructuoso Rivera, el primer
presidente de Uruguay y fundador del Partido Colorado.
Actualmente se
encuentra el Museo Histórico Nacional donde se mostraba una amplia colección de
documentos, pinturas, objetos y muebles…
Por la tarde visitamos el Teatro Solís, el más importante del país, para ver la
Sala Principal. Dispone de cinco plantas. Parece ser que estuvo hace unos días
actuando Nuria Espert con “Romance Gitano” y también anunciaban la actuación de
Albert Plà y el Ballet Ruso de Moscú entre otros.
La Librería Puro
Verso es un deleite para la vista, dispone una escalera central impresionante y
dos plantas. Consultamos libros y guías de viaje. Y para finalizar la caminata, nos tomamos un café en
el Café Brasileño de 1877...
Un estimulante paseo por esta agradable ciudad visitando sus lugares más destacados. Con esa gracia particular que siempre le das a tus relatos. Ideal para urbanistas.
ResponderEliminarGracias por leerlo.
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