23 de agosto de 2023

ISLANDIA : HACIA LOS FIORDOS DEL NOROESTE

 

Nos adentramos hacia el fiordo del noroeste, el más grande del país. Sin duda era un espectáculo para los sentidos, sobre todo  por el sol que nos acompañó la mayor parte de los días.




Retomamos la ruta después de pasar por la capital del norte, Akuyreri, en dirección a un importante paso de montaña visitando el Museo Popular Glaumbaer en Skagafjördur que se fundó en 1948, tras un decenio de reparaciones.



La exposición, que se abrió al público en 1952 mostraba cómo vivían en el siglo XIX y el ambiente que reinaba en la época.



Durante siglos siempre había una granja en esta colina. Los diferentes edificios que se mostraban han ido variando de forma, tamaño y lugar, de acuerdo con las circunstancias de los granjeros.



Según la tradición de los granjeros del siglo XI, fue Snorri Porffinsson quien hizo construir la primera iglesia en Glaumbaer y obligó el uso de turba como alternativa. Para el armazón y revestimiento de la casa, se utilizó madera llevada al país por las corrientes del mar, así como madera importada.





El museo al aire libre se dividía en varias casas con numerosas salas: la entrada del pasillo, el cuarto de huéspedes, la cocina, la despensa principal, la sala común, herrería y almacén de leña, aparte de otros dos cuartos de huéspedes y la puerta sur.





Los muros eran tradicionales piezas de césped seco colocados de forma variada ya que faltaba piedra en la zona. 



Después de la visita proseguimos recorriendo los maravillosos parajes del norte cruzando valles y fiordos pasando la noche en Bordeyn.




Al día siguiente iniciamos la ruta adentrándonos en la denominada región de Vestfiroir donde se encontraban los remotos fiordos del Noroeste. Subimos por el flanco oriental de la península para después cruzar las insólitas y poco transitadas tierras altas.




Observamos mientras avanzábamos una orografía distinta al resto del país: playas de arenas claras, fiordos verdes, acantilados más escarpados, montañas más erosionadas, asentamientos aislados y pozas naturales de agua termal donde nos sumergimos en más de una de ellas.



Paramos en uno de las playas más hermosas que vimos en todo el viaje: Rauôisardur  era una larga extensión de arenas rosadas y anaranjadas que te hacía caminar hasta el mar admirando el paisaje que teníamos frente a nosotros, ocupando el extremo sur de la península.  Azotada por las olas y rodeada de montañas y cascadas era un lugar de belleza singular.




Antes de llegar al alojamiento, nuestro guía y conductor nos llevó Látrabjar, donde abundan los nidos de aves a través de un acantilado y donde se podían ver a los famosos puffins o frailecillos. El punto más largo es Heiáxinn  de 441 metros.




Finalmente llegamos al pueblo de Bildudalur donde nos alojamos en un pequeño hotel junto al mar, con su iglesia, colegio y un museo de monstruos marinos. 




Esa noche cenamos un buen salmón con verduras y guisantes cocinado por nuestro chef-guía y que estaba delicioso, nada que ver con lo que podíamos encontrar fuera. 




Brindamos en la velada con vino comprado en las famosas tiendas "binvudin" donde se permite la venta de alcohol.

21 de agosto de 2023

ISLANDIA : HÚSAVIK Y LAS BALLENAS JOROBADAS

 

Por la mañana llegamos a Húsavik, una pequeña localidad a las orillas de la bahía de Skjálfandj, al norte del país. Antes de llegar al alojamiento fuimos al baño termal Geo Sea que se encontraba a las afueras de la ciudad.



Kusavik tiene un puerto importante, paseamos por el litoral donde había barcas atracadas de los pescadores con sus redes y desde donde se apreciaba una bonita vista. 




Al final del muelle había una lonja y fábrica de bacalao donde los trabajadores realizaban el despiece e iban separando las cabezas (pues suelen utilizarse para hacer sopas y caldos). Los hombres iban colocando las piezas en unas cajas para distribuir por el país y su exportación.




Más allá se encontraba la fábrica de hielo donde se depositaba en grandes envases y más adelante se acumulaban los sacos de sal marina que distribuían por todo el país.




Volviendo hacia el puerto vimos que desde ahí salían las embarcaciones para avistar las ballenas jorobadas. Subimos por una loma donde había lindas casas de madera pintadas de alegres colores con sus nombres.




Había un hotel de varias estrellas mirando hacia la bahía y delante se encontraba una placa conmemorativa de astronautas como Neil Amstrong y otros que estuvieron entrenando en Islandia para los viajes que realizaron a la luna en los años 1965 y 1967.



Bajamos de nuevo hacia el puerto porque ya era la hora del embarque. Estos grandes barcos antiguos de pescadores se restauraron y actualmente se utilizan para el avistamiento de las ballenas y otras atracciones turísticas.



Conforme fuimos entrando el guía del barco nos iba entregando unos trajes tipo “Pescanova” para protegernos del frío como cuando ellos salen a pescan en altamar. El trayecto duraba unas tres horas.




Navegamos a través de un paisaje espectacular a pesar de que iba acrecentando el frío. Fue un momento emocionante cuando nos íbamos acercando a la zona rocosa porque era allí donde las ballenas jorobadas se podían localizar ya que en esa zona se encontraban todos los nutrientes.



Varios delfines de cuello blanco daban brincos saludando para que los observáramos. Mientras, el capitán de barco y su tripulación iban buscando la presencia de ballenas. Uno de ellos, encaramado al mástil empezó a dar señales cuando vio donde se encontraban las ballenas porque los barcos se aproximaban a la misma zona.



Cuando llegamos, vimos a una ballena jorobada adulta asomarse y enseñó su cuerpo por un instante tras sumergirse y volverse a asomar.



Esta vez pasó por debajo del barco y vimos su delicada piel con sus callosidades. Aunque esta especie de ballena no suele medir más de 12 metros de longitud, nos parecía enorme. Fuimos viendo a lo largo del trayecto otras ballenas ya no de forma tan espectacular pero el sólo hecho de haber vivido esas tres horas en alta mar, nos emocionó.




Al volver a puerto nos fuimos a ver el Museo de las Ballenas donde habían expuestos siete esqueletos, uno de ellos de 25 metros de largo, la ballena azul. Esta ballena fue encontrada en la localidad de Skagi en el verano del 2010. Rescataron el esqueleto que lo cortaron en la granja de Asbudi.





La gestación para las ballenas es de 10 meses y los fetos suelen medir de 2,4 a 2,8 metros cuando nacen. El parto se puede realizar cada dos años.

 


La concepción varía según la zona o región. En el Atlántico norte suele ser entre Diciembre y Mayo con temporada alta en el mes de Febrero y los bebés suelen nacer entre octubre y Marzo con temporada alta en Diciembre.



En un video podemos observar como las crías maman de sus madres, salen a la superficie y vuelven a bajar. Los recién nacidos son amamantados durante cinco meses y al final de la fase suelen pesar unos 700 kilos.



Celebramos la jornada en el restaurante Salka con una buena cerveza y sopa de marisco con pan de acompañamiento y mantequilla.




19 de agosto de 2023

ISLANDIA : HACIA LOS FIORDOS DEL ESTE

 

Esta mañana nos dirigimos con el 4x4 , el resto del grupo y nuestro guía hacia la parte este más agreste de la isla. Es la llamada Ring Road. 



En algunas zonas el asfalto desaparece y recorremos las carreteras de pista. Por esta parte de la isla los fiordos se van acrecentando y los acantilados se vuelven más espectaculares.





En dirección a Djupivogur recorrimos el litoral sudeste bordeando Berofjórdur, una región plagada de picos piramidales y cuernos glaciares conocidos como “horn”. Seguimos hasta llegar al Valle de Oxi para visitar la cascada de los potros o Folaldafoss.



Paramos para disfrutar el recorrido de parte del bosque más extenso de la isla, en las proximidades de Lagartfljót, en el legendario lago donde según la leyenda, habita un monstruo en forma de serpiente gigante.





Conduciendo hacia el interior del mismo, emprendimos una excursión de hora y media para ver la cascada Hengifoss, de 118 metros de altura y con una sucesión de estratos rojos y negros componían una catedral natural excavada en la tierra.









Continuamos hacia Mojoifjördur, un recóndito y extenso fiordo con panorámicas fantásticas. Aquí es donde pasamos la noche, en una casa aislada de madera blanca y de dos plantas sólo para nosotros, junto al mar.



Paseamos antes de la cena hacia el montículo y nos acompaña Celia, nuestra ya amiga del grupo y vecina del barrio de Sant Antoni en Barcelona. Un perro setter se añade al paseo y como quería jugar le fuimos tirándole ramas sueltas y lo que encontramos por el camino.



Una vez llegamos arriba se veía una vista panorámica con las casas y el puerto que lo utilizan sobre todo en invierno debido a que las carreteras también se hielan.



Juanca, nuestro día ha cocinado unos espaguetis con ragú y de aperitivo jamón traído de España por una compañera. Era una velada especial pues nosotros compramos cava y un pastelito para compartirlo con el grupo ya que era mi 61 cumpleaños.



Pasamos una velada agradable charlando y compartiendo opiniones. A eso de las 2300 horas nos fuimos a nuestras habitaciones para descansar. Una nueva aventura nos esperaba al día siguiente.