Hoy ha sido un largo día de viaje de casi siete horas en taxi colectivo, incluso han llegado a montarse siete ersonas en un sólo coche.
Nos vinieron a buscar al hotel, una deferencia que se tomaron a través del guía que conocimos en Kara.
El camino hacia Kpalimé era de lindos paisajes y pasando por Atakpamé donde hemos parado a comer un bocadillo de tortilla y el chofer también ha tomado su plato.
Cuando llevábamos en la carretera unas horas hemos pasado por la Faille d'Aledjo, un camino que construyeron los alemanes por allá el año 1905 debido a los leones que habían en la zona.
Éstos atacaban a todo el que pasaba por aquí, Añasí que hicieron este pasaje en el Village de Kadara, en la prefectura de Assoli.
Cerca se encuentra la Reserva de Vida Silvestre de Aledjo, un espacio natural de 765 Hectáreas que interviene en la conservación de la diversidad biológica y la protección de las formaciones geológicas y fisiológicas locales.
Lo pesado del taxi colectivo es que en algún tramo del camino hemos ido hasta siete personas donde tres iban delante y cuatro detrás.
Acabamos agotados por el viaje y cuando llegamos a la estación de autobuses, nos fuimos en una especie de mini furgoneta hacia el Hotel 30 d'Août, un poco apartado de la ciudad pero con buenas instalaciones y todo muy limpio.
Una vez en la habitación, nos relajamos y disfrutamos de una buena ducha, además de disponer de una cama para un buen descanso y también había piscina.
Cenamos en el restaurante un kebab de boeuf avec frites y crêpes de miel y un pichet.
Al día siguiente, tras el desayuno, contactamos con el guía local que se llama Jacques, de aspecto jamaicano, para ir hacia Kumakonda, cercana a la comunidad de Kloto.
Hicimos un trayecto de una media hora en coche y luego fuimos subiendo la montaña a pie a ritmo pausado.
En la primera parada visitamos a un artista local en su taller. Nos o explicó su experiencia como artista, es pintor y escultor y su obra de estilo era muy colorida. También tenía unas esculturas originales.
Después continuamos la caminata un par de horas para conocer las propiedades curativas que proporciona la selva.
Entre ellas estaba el árbol de la quinina, la cola, el helecho, el bananero, el café, la pimienta, mangos y el cacao… un auténtico vergel de plantas y árboles.
Disfrutamos porque Jacques es un experto en botánica. Incluso nos dibujó una mariposa en el brazo de color rojo natural que ha ido extrayendo de un pequeño fruto y también se ha tatuado un helecho con la leche que despedía la planta.
Incluso había piñas enanas que crecían en la misma selva. El paisaje era frondoso y hacía mucha humedad. Era un lugar muy especial, como Jacques.
Probamos el fruto del cacao fresco que dentro tenía las semillas blancas, eran muy carnosas y dulces. Cuando éstas se secan, obtienen el cacao.
Por el camino nos encontramos a una buena mujer que iba cargada con una palangana en la cabeza.
Después fuimos a ver una destilería de caña de azúcar en otra zona de la montaña, donde hacían el ron.
Bebimos de unos cazos que estaban bastante sucios y entramos en una choza donde conversamos con el dueño de la destileria y sus trabajadores.
Nos han ido explicando cómo fermentan y embotellan sin ningún tipo de control sanitario, pero disfrutamos de este día auténtico visitando la montaña y conociendo a las personas que allí viven y trabajan.
La montaña de Kloto se encuentra muy cerca de la frontera con Ghana.
Cuando ya nos íbamos pasaba andando un grupo de colegiales y se prestaron a hacer una foto, todo transcurrió en un entorno muy natural.
Volviendo hacia Kpalimé probamos en un chiringuito el Sodavi, la bebida local, fermentada durante cinco horas y que aquí llaman la "Ginebra de África". Es un aguardiente bastante fuerte pero rico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Te agradezco dejes tu comentario.GRACIAS.