10 de marzo de 2024

BARBADOS : LA HISTÓRICA BRIDGETOWN

 

Hoy salimos hacia el centro de Bridgetown, la capital de Barbados, Patrimonio de la Humanidad desde el 2011 por su gran legado histórico.



Es un ejemplo sobresaliente de la arquitectura colonial británica. Consiste en una ciudad antigua bien preservada, construida en los siglos XVII, XVIII y XIX, que atestigua el desarrollo del imperio colonial atlántico de Gran Bretaña. 



El sitio incluye también una guarnición militar cercana con numerosos edificios históricos. La distribución de las calles de la ciudad, en forma de serpentina, muestra una forma de planeamiento urbano diferente a la de otras ciudades coloniales de la región construidas por los españoles y los holandeses, que responden a planos ortogonales.



Llegamos en veinticinco minutos, cruzamos el puente que da el nombre de la ciudad y a la derecha se encontraba la Plaza de la independencia, que fue el año 1966. Como se encontraba el puente abierto esperamos a que pasara el barco y unos minutos más tarde volvieron a cerrarlo.



Pasamos hacia la zona histórica donde había edificios oficiales de la colonia militar británica. 



Se veían restaurados, bien pintados y parecía el escenario de una película. 



Muchos eran edificios que  utilizaban para hacinar a los esclavos, los cercanos al muelle especialmente.



Paramos por Black Woods Screw Docks, los muelles más antiguos de este tipo de madera del mundo.



En la misma calle principal encontramos la Fábrica del Chocolate. 




Deambulamos por la calle comercial más vibrante de la ciudad la Swan Street donde uno podía encontrar todo tipo de productos.



Cerca se encontraba el Parlamento pero no dejaban entrar y enfrente había el mercado de fruta y verdura.



Fuimos con taxi desde la estación de autobuses hacia la zona de cruceros y paseamos por el lado que tocaba al mar flanqueado por palmeras. 



Un poco más adelante se encontraba el mercado de pescado. Observamos a los trabajadores cómo cortaban y seleccionaban los filetes. 



Una señora nos dijo que el pescado plano que estábamos viendo se llamaba mao-mao.




Nos dejaron hacer fotos y más adelante entramos en la pequeña fábrica de chocolate para tomar una pequeña degustación. Era helado de coco con 70% de cacao de granada y estaba riquísimo. 



Una tarrina de una bola completa eran ocho dólares de Barbados, unos tres euros y medio.




Vimos más edificios emblemáticos pintados de alegres colores. Había algunos pendientes de restauración y cuando los van a reformar colocan una lona encima para tener los colores que van a ir a ese edificio.



Volvimos hacia la casa de Brownes Beach para refrescarnos un poco. Cuando bajó un poco el sol, caminamos 1km en sentido contrario a Bridgetown para ver la segunda parte del Patrimonio de la Humanidad.



Allí se encontraba la casa de George Washington, el que fue Presidente de los Estados Unidos y que consiguió la independencia de su país. 



La casa se construyó en 1717 y es la casa más antigua de la zona histórica de Garrison. 



Fue en noviembre de 1751 su dueño, el capitán Richard Crofton, quien la compró cinco años antes, la alquiló a Laurence Washington y su hermano George cuando llegaron a la isla.



En 1789 la casa se convirtió en la residencia oficial militar de Garrison y la de Sir Charles Shipley, un General de la Armada. La entrada costaba unos 40 dólares de Barbados.



Empezamos por la casa principal donde se veía un gran comedor, dos habitaciones y en la zona del jardín se encontraba la cocina. 



En el piso superior había un pequeño museo con datos curiosos e históricos de la época de la esclavitud las plantaciones de azúcar… etcétera.



En esta casa pasaron los hermanos la viruela de la que salieron después de tres semanas practicándoles sangrías.



George Washington estudió sobre la economía de Barbados y se dio cuenta que los británicos ganaban mucho dinero con las plantaciones. 



Una vez en su país se volvió militar y llevó a las tropas rebeldes a luchar por la independencia que ganaron siendo el primer presidente de Estados Unidos.



En las guerras aplicó las vacunas de la viruela para mantener a los soldados vivos pues éstos morían más de la viruela que de la propia guerra.



Salimos del museo y nos dirigimos hacia los túneles que pasaban debajo de la propiedad. 



Tienen más de 200 años y es una obra de las más largas de este tipo en el mundo. Al salir del recinto nos encontramos la torre del reloj de la guarda inglesa y el hipódromo.



Después fuimos a buscar los minibuses que había por la carretera principal para ir a la Dover Beach. 



Había un hotel con piscina y sombrillas frente al mar. Nos dimos un baño en la preciosa playa.



Caía la tarde y decidimos ir a comer al pueblo de Austin, un puerto pesquero que cada viernes por la noche celebran con música y cena en grandes mesas. 




Pedimos un plato de pez volador con patatas y ensalada y banana frita dulce con una cerveza. Era uno de los platos típicos de Barbado y estaba muy sabroso. 



Teníamos la playa enfrente y disfrutamos el resto de la tarde de la belleza de estas aguas y de conversar con la gente que por allí deambulaba.

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