Soufrière fue fundada por los franceses y aquí se estableció la primera capital de la isla. En aquel entonces abundaban los campos de caña de azúcar, propiedad de los franceses, pero la revolución francesa liberó esclavos y Napoleón los introdujo de nuevo cuando llegó al poder.
Más tarde llegaron los ingleses, se formalizó como idioma oficial el inglés y Castries se convirtió en la capital hasta hoy.
Desde Castries llegamos a Soufrière, era una de las poblaciones que queríamos conocer y pasar un par de días, pues además del jardín Botánico y los baños termales de sulfuro, también se encontraban las famosas montañas del P.N. Pitons, Patrimonio de la Humanidad.
Los Pitons son dos picos volcánicos montañosos, agujas volcánicas, que se encuentran en Santa Lucía. Petit Piton tiene 743 m (2438 pies) de altura y Gros Piton tiene 798,25 m (30 pies) de altura.
Por la carretera se podían ver las formas puntiagudas justo llegando a la población. Además disponía en una de su bahía, la famosa Playa de Azúcar.
Saliendo del pueblo por una carretera fuimos hacia el Jardín Botánico andando por un bonito paisaje poblado de vegetación verde intenso.
Una vez llegamos, pagamos la entrada y se puso a lloviznar. Aquí se encontraban las Cascadas Diamante y unos baños termales.
Estos jardines son de la época de Luis XIV. Había plantas exóticas por doquier.
Llegamos a las Diamond Falls donde el agua llevaba una mezcla de agua de lluvia, minerales y vulcanismo. Sólo se podían ver, estaba prohibido bañarse.
Había unos baños termales que eran tres piscinas pequeñas que daban al exterior pero teníamos que pagar de nuevo así que como no nos convencía lo dejamos estar.
Después de disfrutar de los históricos jardines, paseamos por la bahía y por el interior del pueblo.
Había bonitas casas y de allí fuimos a comer a un restaurante tocando al mar en el Bay Waterfront. Servían platos combinados de gastronomía local.
Pedimos pollo a la criolla y “salt fish”, un bacalao acompañado de ñame, batata y ensalada.
Caía la tarde y paseando por la ciudad vimos a unos colegiales que reivindicaba la salud, el ejercicio y la comida sana e iban desfilando con sus pancartas junto a los profesores.
Al día siguiente contratamos un taxista para ir a ver la Playa de Azúcar y a los baños termales dentro del mismo P.N.Pitons y los baños de barro.
Llegando a la Sugar Beach el taxista nos dejó en la entrada de un resort y tuvimos que bajar veinte minutos andando para ir hacia la playa y bañarnos.
Era una de las más bonitas playas del viaje y aunque estaba ocupada por el resort era una playa pública y nos pudimos bañar sin problema. Disfrutamos de la hermosa vista que se encontraba ubicada entre los dos pináculos del P.N. des Pitons.
Para volver había que subir y fuimos con un cochecito de golf que nos llevó un empleado del mismo resort.
Allí nos esperaba nuestro taxista que seguidamente nos llevó a las Pitons Falls y nos dimos un buen baño en diferentes piscinas de agua caliente, incluso había una cascada en forma de ducha.
El lugar estaba ubicado dentro de un hermoso entorno natural, en el mismo parque. Nos costó 3 dólares caribeños y se entraba por unas escaleras que bajaban hacia hacia las piscinas. Era zona volcánica, por ese motivo el agua salía caliente.
Después de disfrutar y dejarnos la piel como bebés nos fuimos unos kilómetros más allá para ir a los baños de sulfuro con piscinas amarronadas donde antes de sumergirte podías embadurnarte con barro oscuro y de silicio.
Después de unos minutos cuando ya se había secado el barro, nos metimos en el agua caliente a 38º que venía directamente del manantial que bajaba de la montaña.
Aquí había duchas y vestidores. Las diferentes piscinas se encontraban a la misma temperatura y los trabajadores limpiaban el barro de cada piscina echando más agua.
Dicen que si vienes aquí a bañarte vuelves con 10 años menos. ¡Ojalá!
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