Hoy visitamos la zona de Anse Cafard. Fuimos con el bus que venía con 15 minutos de retraso pero en tres cuartos de hora llegamos a este insólito lugar.
En el autobús iba la gente hablando animadamente, unos eran lugareños, otros expatriados y nosotros. Era el mejor momento para sociabilizar pues se conocían prácticamente todos.
Pararon a comprar algún que otro pastelillo y algo de fruta aprovechando las paradas. No me extraña que el autobús viniera con retraso.
Un italiano explicaba que se había casado con una martiniquesa desde hacía 25 años y vivía en la isla plácidamente. Además tenía dos hijos casados, una chica con un malgache y un chico con una londinense de origen nigeriano, todos iban riendo.
El Memorial cap 110 es un monumento dedicado a la esclavitud erigido en Anse Caffard (donde residía el colono Jean Caffard) por iniciativa de la localidad de Diamant, durante el 150 aniversario de la abolición de la esclavitud en 1998.
El diseñador de las quince estatuas es un Martiniqués nacido en 1959. Trabaja en pintura y escultura monumental. Es también autor de la imponente escultura submarina Manmadlo en la bahía de Saint Pierre.
En el 8 de abril de 1830, sobre el mediodía, un barco de extranjeros maniobraba a lo largo del Diamant en los parajes peligrosos de Anse Caffard.
El barco zozobró y naufragó muriendo un gran número de personas. Los esclavos fueron enterrados en Diamant.
Cap 110 significa los 110 grados en dirección al Golfo de Guinea de donde salió el malogrado barco. Las esculturas miden 2,5 m de alto y pesan un total de 60 toneladas. Fueron construidas en la isla con granito blanco de Trinidad y Tobago.
Le Roche de Diamant es una roca en medio del mar que se puede ver desde el memorial. Es un pequeño islote deshabitado a unos 3 km de la punta de diamante en el canal de Santa Lucía. La isla debe su nombre a las reflexiones de las paredes en determinados momentos del día, evocando los de una piedra preciosa.
La roca es de origen volcánico y tiene una longitud de 324 m de largo por 290 m de ancho y 175 m de alto. Debido a su posición estratégica al norte del canal de Santa Lucía, sirvió para controlar la navegación entre Martinica y su vecina meridional Santa Lucía.
Fue lugar durante diecisiete meses de enfrentamientos entre los británicos y franceses.
Cogimos el autobús de vuelta y paramos en la playa de Grand Anse d’ Arlet. Es la playa que quedaba apartada del pueblo y era una larga franja estrecha de arena.
La bahía se encontraba flanqueada por chiringuitos y tiendas que la hacía muy animada e invitaba a quedarse y comer en la misma playa.
Hicimos algunas fotos desde el embarcadero y localizamos un sitio para comer. Tomamos poulet coco-curry y gambas al estilo criollo, acompañado de arroz, crudités y cerveza Lorraine.
Después de dar un paseo, volvimos con el autobús hacia Anse l’ Anne, donde nos alojábamos.
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