Desde Taichung fuimos con un tren bala para luego enlazar con el autobús que nos llevó al Sun Moon Lake. En el indicador marcaba 278 km/hora de velocidad y apenas se notaba el movimiento.
Con el autobús ya fue otra cosa, había mucha cola en la estación, coincidiendo con el fin de semana.
El Sun Moon Lake está situado a 748 metros s.n.m. Tiene 27 m de profundidad y 7,93 km² de superficie. Hay muchas sendas alrededor y es el lugar preferido de los taiwaneses para pasar el fin de semana.
Llegamos por la tarde a Shuishe y nos alojamos en el Yue Lake Backpackers que se encontraba cercano a la estación de autobuses.
La habitación era tipo cabaña y de estilo japonés, con una cama tatami y además, con vistas al lago.
Dimos una vuelta para pasear un poco y visitamos un templo que teníamos cerca y luego fuimos a cenar.
Al día siguiente fuimos hacia el embarcadero para coger el ferry que en 10 minutos nos dejó en el Itha Thao Village.
El lago estaba brillante, lucía de buena mañana sus aguas azuladas y transparentes.
De aquí nos fuimos andando hacia el teleférico, la estación de las cabinas que suben al Formosa Aboriginal Cultural Village. Tuvimos que hacer bastante cola pero todo estaba muy bien organizado.
Una vez allí, seguimos el itinerario marcado y empezamos con el Formosa Aboriginal Museum, donde se encontraban las casas y se indican las costumbres de los aborígenes, así como los utensilios y objetos cotidianos de cada etnia en de Taiwán.
Los Amis, Putumayo, y Bunum eran de la costa este, así como los Atayal en el centro y norte de la isla y los Paiwan, Rukai, los Pintou y los Tao en Layu. Todo estaba explicado en paneles de forma muy instructiva.
Habían mujeres que enseñaban la técnica del tejido que solían ser diseños de formas geométricas.
Las casas estaban hechas con los materiales que utilizaban antaño para construir las casas de los indígenas, mayoritariamente de madera, piedra y cañas.
Paseamos después por la avenida donde los cerezos en flor se encontraban en pleno apogeo.
La gente permanecía sentada haciendo picnic bajo los árboles. Era la misma temporada que cuando viajamos a Japón.
Era asombroso ver tantos árboles de tonalidades rosadas. El periodo idóneo en Taiwán transcurre entre dos semanas, por eso entendimos cuando fuimos la aglomeración de gente y los precios altos de los hoteles.
Después nos fuimos hacia el Spanish Coast con atracciones de barcos que navegaban por una laguna y circulaban por un rail suspendido.
Vimos el barco de la Armada invencible de madera y réplicas de monumentos como la Sagrada Familia o Parque Güell.
Una vez visto todo volvimos cogiendo de nuevo el teleférico y el ferry que nos devolvió al puerto Itha Thao y nos quedamos por el Night Market.
El lugar se encontraba a rebosar de gente. Encontramos un restaurante a nuestra medida, para poder sentarte, comer bien y barato.
Después de dar un paseo fuimos al muelle para coger el último ferry que nos dejaba en Shuishe y directamente al alojamiento a descansar.
Al día siguiente por la mañana hicimos una pequeña ruta alrededor del lago por unas pasarelas de madera. El agua estaba en calma y el lago parecía un espejo...
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