En la estación de Naha esperamos para coger el autobús 338 que iba hasta Puerto Azama en Nanjo.
El trayecto duró una hora y una vez allí compramos los billetes del ferry para ir a la isla de Kudaka. Habían pocos pasajeros y en media hora llegamos.
La isla de Kudaka tiene la particularidad de ser una isla sagrada y donde vive la población más longeva de todo Japón. Son algo más de 200 habitantes y éstos siguen protegiendo la tierra, el mar y el cielo.
Queríamos llegar hasta el centro de la isla porque era el lugar más sagrado de los seis que hay en Kudaka y en total son 7 en todo Okinawa.
Se dice que la isla de Kudaka es a la vez una isla y un dios. Es uno de los siete lugares sagrados que aparecen en la leyenda de la creación de las islas Ryūkyū y se dice que es un lugar sagrado al que descendían los dioses.
El espacio abierto y circular dentro del recinto sagrado de Kubo se utiliza para la tradicional ceremonia "Izaiho", que se celebra una vez cada doce años, coincidiendo con el año del caballo. También se realizan otras ceremonias anualmente.
Los habitantes de la isla de Kudaka cuidan mucho de proteger este lugar sagrado, era esencial para la celebración de esta ceremonia.
Se permitía entrar sólo a las mujeres que colaboraban en la ceremonia pero desde 1978 no es posible acceder a este lugar.
Recorrimos la isla y fuimos viendo los otros santuarios. En cierta manera la espiritualidad que aquí se respira te embarga, en contacto directo con la tierra y el mar.
Sientes respeto por la naturaleza y cada paso que das, ver los árboles, oír el canto de los pájaros te hace apreciar la vida en si…
De hecho muchos de los viejitos siguen dando las gracias a sus dioses por vivir en esta bella isla, fuera del mundanal ruido y ser tan longevos.
En la playa de Ishikihama cuenta la leyenda (aunque hay versiones varias) que con la visita del Rey Shirataru y su esposa a la isla, fueron a la playa de Ishikihama y oraron a los dioses dando gracias por la abundante cosecha. De repente vieron aparecer del océano una jarra dorada flotando de las aguas pero no podían atraparla, pues esta retrocedía hacia el mar.
La pareja les pareció algo extraño pero entonces se fueron a bañar al río Yaguru vestidos con ropas blancas y al volver a la playa sí pudieron recuperar la jarra y se la llevaron a casa.
Una vez en la casa pudieron abrirla y encontraron siete tipos distintos de semillas, incluyendo trigo y castañas.
De esta forma en la isla se pudo plantar y perpetuar el alimento aparte del pescado que ya les ofrecía el mar. Encontramos la casa de los padres de los fundadores de la isla. Aquí también había junto a la casa un pequeño altar.
Encontramos algunos viejitos locales que nos saludaban. Dicen que los más mayores son médiums y no me extraña pues la tranquilidad, el respeto que se siente por la naturaleza y por los ancestros parece innato poder conectar con ellos.
Volvimos con el ferry a media tarde y desde allí nos fuimos andando unos 2 km hacia Sefa-utaki. Es el más sagrado lugar del reino de Ryūkyū.
Sefa-utaki, significa lugar purificado de Utaki y con vistas a la isla Kudaka, sirvió como uno de los lugares claves de culto en la religión nativa del pueblo Ryukyuan durante siglos.
Otaku es el nombre colectivo de los lugares sagrados que se distribuyen en las islas Nansei conocidas como las islas Ryūkyû.
Este lugar sagrado sigue siendo venerado por muchas personas como uno de los lugares de mayor peregrinación.
Hay 6 santuarios en el interior. En el pasado, los gobernantes del reino Ryūkyū visitaron cada santuario para rezar a los dioses por la prosperidad nacional, cosechas abundantes y viajes seguros.
Hicieron esfuerzos para traer arena blanca de la isla de Kudaka, que fue también llamada la isla de los dioses.
A través de un sendero pudimos acceder a todos los lugares sagrados en medio de la vegetación, en una armonía casi mágica.
Cerca de la formación rocosa de Sangui, bajo dos enormes estalactitas hay dos tinajas de arcilla que servían para recoger el agua sagrada.
Este lugar sagrado también forma parte del Patrimonio de la Humanidad junto a los demás monumentos repartidos por toda la isla.
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